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¿Existe el libre albedrío?
¿Realmente podemos hacer lo que queramos?
Esta es una de esas preguntas cuya respuesta parece contradictoria.
Por ejemplo:
¿Existe el libre albedrío? Si
¿Existe el libre albedrío? No
¿Como puede ser?, ¿cual es la respuesta correcta?
Ambas
¿Pero como puede ser?
Si pensamos que Dios nos ha dado la posibilidad de discernir entre el bien y el
mal entonces la respuesta es Si, si existe el libre albedrío, ya que ante un
situación yo puedo decidir si voy a obrar bien, correctamente, o si por el
contrario he de obrar mal, incorrectamente...
"Después de estas cosas sucedió que
Dios tentó a Abraham y le dijo: "¡Abraham, Abraham!". El respondió: "Heme aquí".
Díjole: "Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria
y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga".
Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos
mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia
el lugar que le había dicho Dios.
Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos. Entonces dijo
Abraham a sus mozos: "Quedaos aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta
allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros".
Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su
mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos. (…)
Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y
dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de
la leña. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
Entonces le llamó el Ángel de Yahveh desde los cielos diciendo: ¡Abraham,
Abraham!" El dijo: "Heme aquí". Dijo el Ángel: "No alargues tu mano contra el
niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no
me has negado tu hijo, tu único"." (Génesis 22:1-18)...
Dios le da leyes al pueblo de Israel, a través de Moisés
"Dijo Yahveh a Moisés: Así dirás a los israelitas: Vosotros mismos habéis visto que os he hablado desde el cielo. No haréis junto a mí dioses de plata, ni os haréis dioses de oro." (Éxodo 20:22-24)
Vemos aquí, nuevamente, la importancia de terminar con la adoración a otros dioses.
Luego, se enumeran leyes de todo tipo: cómo tratar a los esclavos, cómo actuar ante este conflicto o ante este otro, qué hacer con los robos, los accidentes, y muchas otras cuestiones.
Un código civil y penal muy resumido de temas básicos y claves en la vida de esta gente para ese momento.
Está claro que el nivel de atraso de la humanidad en ese tiempo era muy notorio. La pena de muerte estaba a la orden del día.
Me imagino que no sería fácil mantener quietas a estas personas. Si la amenaza no era grande no se detendrían, aún así no se detenían. Basta con percatarnos que, aunque podían ver delante de ellos una manifestación de poder tal como la columna de fuego de Dios, ellos igual protestaban, igual hacían lo que estaba explícitamente prohibido, como crear ídolos de otros dioses, o intentar volver a Egipto porque "allá estábamos mejor"...
Y llegó la tercera plaga de Egipto.
"Dijo Yahveh a Moisés: "Di a Aarón: extiende tu cayado y golpea el polvo de la
tierra que se convertirá en mosquitos sobre todo el país de Egipto". Así lo
hicieron: Aarón extendió su mano con el cayado y golpeó el polvo de la tierra; y
hubo mosquitos sobre los hombres y sobre los ganados. Todo el polvo de la tierra
se convirtió en mosquitos sobre todo el país de Egipto. Los magos intentaron con
sus encantamientos hacer salir mosquitos, pero no pudieron. Hubo, pues,
mosquitos sobre hombres y ganados. Dijeron los magos a Faraón: "¡es el dedo de
Dios!" Pero el corazón de Faraón se endureció, y no les escuchó, como había
dicho Yahveh." (Éxodo 8:12-16).
Ahora los sabios ya ni siquiera pueden hacer lo mismo que Dios. Esto ya los pone
en estado de atención y dicen es el "dedo de Dios".
Por supuesto que el faraón no desiste, ya había dicho Dios que Él mismo iba a
hacer que el faraón no los dejara salir. Esto es simplemente un proceso
necesario, un ir y venir, y crear expectativa. Si con la primera plaga la gente
se preguntaba qué está pasando en Egipto, con la tercera ya estaban todos
atentos, y se preguntarían: ¿en qué va a terminar esto?
Jesús compara a la gente con niños
""¿Pero, con quién compararé a esta
generación? Se parece a los chiquillos que, sen-tados en las plazas, se gritan
unos a otros diciendo: "Os hemos tocado la flauta, y no habéis bailado, os hemos
entonado endechas, y no os habéis lamentado". Porque vino Juan, que ni comía ni
bebía, y dicen: "Demonio tiene". Vino el Hijo del hombre , que come y bebe, y
dicen: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores". Y
la Sabi-duría se ha acreditado por sus obras".
En aquel tiempo cruzaba Jesús un sábado por los sembrados. Y sus discípulos
sintie-ron hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerlas. Al verlo los
fariseos, le dijeron:
"Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado". Pero él les
dijo: "¿No habéis leído lo que hizo David cuando sintió hambre él y los que le
acompañaban, cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la Presencia,
que no le era lícito comer a él, ni a sus compañeros, sino sólo a los
sacerdotes? ¿Tampoco habéis leído en la Ley que en día de sábado los sacerdotes,
en el Templo, quebrantan el sábado sin incurrir en culpa? Pues yo os digo que
hay aquí algo mayor que el Templo. Si hubieseis comprendido lo que significa
aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio, no condenaríais a los que no
tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado"...
JERUSALÉN, NI TUYA NI MÍA…
Antíoco vuelve a tomar Jerusalén.
"Así pues, Antíoco, llevándose del
Templo 1.800 talentos, se fue pronto a Antioquía, creyendo en su orgullo que
haría la tierra navegable y el mar viable, por la arrogancia de su corazón.
Dejó también prefectos para hacer daño a la raza: en Jerusalén a Filipo, de raza
frigia, que tenía costumbres más bárbaras que el le había nombrado; en el monte
Garizim, a Andrónico, y además de éstos, a Menelao, que superaba a los demás en
maldad contra sus conciudadanos.
El rey, que albergaba hacia los judíos sentimientos de odio, envió al Misarca
Apolonio con un ejército de 22.000 hombres, y la orden de degollar a todos los
que estaban en el vigor de la edad, y de vender a las mujeres y a los más
jóvenes. Llegado éste a Jerusalén y fingiendo venir en son de paz esperó hasta
el día santo del sábado. Aprovechando el descanso de los judíos, mandó a sus
tropas que se equiparan con las armas, y a todos los que salían a ver aquel
espectáculo, los hizo matar e, invadiendo la ciudad con los soldados armados,
hizo caer una considerable multitud. Pero Judas...
«Después de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del
Testimonio, tablas de piedra, escritas por el dedo de Dios.
Cuando el pueblo vio que Moisés tardaba en bajar del monte, se reunió el pueblo
en torno a Aarón y le dijeron: "Anda, haznos un dios que vaya delante de
nosotros, ya que no sabemos qué ha sido de Moisés, el hombre que nos sacó de la
tierra de Egipto". Aarón les respondió: "Quitad los pendientes de oro de las
orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y vuestras hijas, y traédmelos". Y
todo el pueblo se quitó los pendientes de oro que llevaba en las orejas, y los
entregó a Aarón. Los tomó él de sus manos, hizo un molde y fundió un becerro.
Entonces ellos exclamaron: "Este es tu Dios, Israel, el que te ha sacado de la
tierra de Egipto". Viendo esto Aarón, erigió un altar ante el becerro y anunció:
"Mañana habrá fiesta en honor de Yahveh". Al día siguiente se levantaron de
madrugada y ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comunión. Luego
se sentó el pueblo a comer y beber, y después se levantaron para solazarse.
«Acusación divina y primera intercesión de Moisés
«Entonces habló Yahveh a Moisés, y dijo: "¡Anda, baja! Porque tu pueblo, el que
sacaste de la tierra de Egipto, ha pecado. Bien pronto se han apartado el camino
que yo les había prescrito. Se han hecho un becerro fundido y se han postrado
ante él; le han ofrecido sacrificios y han dicho: "Este es tu Dios, Israel, el
que te ha sacado de la tierra de Egipto".
Y dijo Yahveh a Moisés: "Ya veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz.
Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio,
haré un gran pueblo". Pero Moisés trató de aplacar a Yahveh su Dios, diciendo:
"¿Por qué, oh Yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, el que tú
sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y mano fuerte? ¿Van a poder decir
los egipcios: Por malicia los ha sacado, para matarlos en las montañas y
exterminarlos de la faz de la tierra? Abandona el ardor de tu cólera y renuncia
a lanzar el mal contra tu pueblo. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel,
siervos tuyos, a los cuales juraste por ti mismo: Multiplicaré vuestra
descendencia como las estrellas del cielo; toda esta tierra que os tengo
prometida, la daré a vuestros descendientes, y ellos la poseerán como herencia
para siempre". Yahveh renunció a lanzar el mal con que había amenazado a su
pueblo.» (Éxodo 31:18), (Éxodo 32:1-15).
¿Se dan cuenta? Un momento en que Moisés se ausenta y el pueblo Israelita ya
está, otra vez, fabricando ídolos de otros dioses. No sólo eso, sino que,
además, la persona a la que dejan a su cuidado, Aarón, es quien se encarga de
organizar la fundición de la estatua.
¿Podemos culpar a Dios por querer eliminarlos a todos? La verdad es que no,
porque realmente no había pasado mucho tiempo, digamos años, ni Moisés había
desaparecido y no había vuelto. No, fueron simplemente unos días, y ellos sabían
bien dónde estaba Moisés y qué era o qué estaba haciendo.
En fin?
Y vino la cuarta.
"Yahveh dijo a Moisés: "Levántate muy de mañana, preséntate a Faraón cuando vaya
a la ribera, y dile: Así dice Yahveh: "Deja salir a mi pueblo, para que me dé
culto". Si no dejas salir a mi pueblo, mira que voy a enviar tábanos contra ti,
contra tus siervos, tu pueblo y tus casas, de manera que las casas de los
egipcios y hasta el suelo sobre el cual están se llenarán de tábanos. Pero
exceptuaré ese día la región de Gosen, donde está mi pueblo, para que no haya
allí tábanos, a fin de que sepas que yo soy Yahveh en medio de la tierra; haré
distinción entre mi pueblo y el tuyo. Este prodigio sucederá mañana". Así lo
hizo Yahveh, y un enorme enjambre de tábanos, vino sobre la casa de Faraón y las
casas de sus siervos; y toda la tierra de Egipto; la tierra fue devastada por
los tábanos. Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón y les dijo:...
¿NO ES ÉSTE EL HIJO DEL CARPINTERO?
"Entonces le interpelaron algunos escribas y fariseos: "Maestro, queremos ver una señal hecha por ti". Mas él les respondió: "¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón." (Mateo 12:38-42).
Nadie es profeta en su tierra…
"Y sucedió que, cuando acabó Jesús estas parábolas, partió de allí. Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: "¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?". Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: "Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio"...
La ley del talión, ojo por ojo, diente por diente
«"Si alguno causa una lesión a su prójimo, como él hizo así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se le hará la misma lesión que él haya causado a otro."» (Levítico 24:20-22).
Debemos pensar en el contexto. Tengamos en cuenta qué tipo de gente tenía Dios
entre manos.
Para poder controlarlos y que entendieran cómo debían comportarse no podía
darles mucho lugar, mucho espacio de movimiento, porque carecían de límites.
Tenían que comprender, en su mente, como fuera, que no podían hacerle mal a
nadie.
Esto me ha hecho pensar mucho, ¡qué gente difícil!, ¡qué pueblos complicados!,
¿habría otros pueblos tan difíciles en esa época?, ¿alguno que justificara una
intervención de Dios directa para apaciguarlo?, ¿o eliminarlo definitivamente?
Investigando un poco observo, por un lado, a África, en la que por esa época
existían civilizaciones que estaban muy, muy atrasadas, casi ancladas en la
prehistoria; en cambio Asia, ya presentaba culturas más avanzadas en la región
de India y China. Europa y América, también se encontraban en la prehistoria.
Recordemos que la última en ser colonizada fue América, a la que el hombre llegó
a través del estrecho de Bering, y posiblemente también por mar, -no me refiero
a Colon sino a los habitantes primigenios-.
Analizando sus mitologías se comprueba que no había dioses tan viles ni
costumbres tan bárbaras. Por ejemplo, en la región de India, el texto sagrado
del hinduismo, el Bhagavad Gita, se escribe en el año tres mil antes de Cristo.
En este libro se relata la conversación entre Arjuna, un príncipe, y su
escudero, su primo Krishna, quien es una manifestación de Dios en forma de
persona. Krishna le explica a Arjuna todo acerca de Dios.
En ese mismo momento la región en la que transcurre la Biblia era totalmente
politeísta, sin embargo el Bhagavad Gita es monoteísta.
Normalmente mucha gente, al hablar del hinduismo, opina que es una religión
politeísta, pero esto ocurre simplemente por un profundo desconocimiento de su
filosofía.
Para el hinduismo Dios es uno solo. Este dios tienen infinitas manifestaciones,
y esas manifestaciones adquieren diferentes formas y características, pero Dios
es uno solo.
De esta filosofía o cosmovisión me maravillan sus explicaciones, en las que los
períodos son enormes, de miles de millones de años.
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