Descargar gratis libro Un unico Dios
No quiero que él se haga la idea de que Dios es malo, o violento. Aunque entiendo, que si se miran las acciones de Dios desde una perspectiva puramente humana, se pueda considerar que lo que este hace, sea simplemente violencia. Podemos pensarlo de esta manera, Dios pinta un cuadro, con todas las ganas, todas las expectativas de que sea una obra de arte, pero con una salvedad, deja que parte de las pinceladas se pinten a sí mismas. Él no pinta todo el cuadro sino la base, y luego les da a los colores, a las pinceladas, el libre albedrío, el famoso libre albedrío para que terminen la obra. Es allí donde queda claro que hay partes de ese cuadro que están quedando mal y empiezan a arruinar la pintura general, esas partes son borradas por Él para que no se extiendan por el lienzo arruinando todo el trabajo. Debemos recordar en todo momento -por ejemplo al leer sobre el diluvio-, que las almas no se pueden matar, las almas son inmortales . Dios les permite encarnar como personas y Dios las retira del juego si se han desviado del camino.
El pueblo elegido tiene, en algunos momentos, la función de corrector. Es él el encargado de borrar algunas de las pinceladas y también el responsable de dar las pautas para las próximas...
Adán y Eva, los primero seres del pueblo judío
Adán y Eva no son los primeros seres de la humanidad sino los primeros del
pueblo elegido.
Estos son los únicos que tienen conciencia del bien y del mal por haber comido
del fruto prohibido del árbol de la ciencia del bien y del mal. Este hecho, que
parece nimio, en realidad hace que ellos, y su descendencia, sean los únicos
capaces de comprender inicialmente a Dios. Es por ello que Dios los crea con el
fin de dar origen a su pueblo elegido, elegido justamente para sembrar el
monoteísmo y preparar el terreno para el siguiente paso, la llegada del Mesías,
llegada que va a cambiar a la humanidad a tal punto que luego de Él el tiempo
será dividido en antes y después de Cristo.
Es interesante observar como, en el Antiguo Testamente, hay una sensible
necesidad imperiosa de mantener la pureza del pueblo elegido, evitando a toda
costa que se mezcle con los otros pueblos. ¿Cuál es el motivo de no mezclarse? ¿
cual es el motivo de mantener la genealogía pura?, el motivo es el de no tener
sangre extraña en la genealogía del Mesías. El Mesías debe ser judío, el Mesías
debe ser parte del pueblo elegido, por que el Mesías desciende de aquellos que
probaron el fruto prohibido y por ello tienen el conocimiento y la conciencia.
Una conciencia y conocimiento que luego de Jesús sería para todos, para toda la
humanidad, ya no sólo para los hebreos sino para todos los pueblos, esos otros
pueblo que ya existían cuando Adán y Eva fueron creados y enviados fuera del
Edén.
En ese contexto la humanidad desarrolló en la antigüedad una forma, o formas
de conectar, o de intentar conectar con Dios, una religión, -religión en el
sentido de buscar una comunión con Dios-, o religiones, formas de canalizar su
espiritualidad con base en que los dioses, -no uno sino una legión de ellos-,
eran caprichosos, déspotas, violentos, y a que la relación del hombre con la
divinidad era transaccional. Todo tenía un costo y nada era gratuito.
Esta concepción de lo divino fue claramente inducida, alentada por el engañador,
el Satán y sus legiones. Esta concepción de la divinidad y los métodos y medios
para llevarla a la práctica son aquello que debió ser modificado, cambiado,
sustituido, reemplazado. Cada parte de esas espiritualidades se debió cambiar,
cada mecanismo, cada idea equivocada. Desde la multiplicidad de dioses, hasta lo
transaccional, los pagos, los sacrificios, las muertes. Cambiando todo aquello
por lo que verdaderamente es de Dios, el amor, la razón, la justicia y la
gratuidad, la gracia.
Un
único Dios: El motivo de ser del pueblo elegido. (Spanish Edition) [Paperback]
Sr Alberto Canen (Author)
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LA CADENA DE SANGRE SE PONE EN RIESGO. "Despidieron tanto a las mujeres como a sus hijos".
"Concluido esto, se me presentaron
los jefes diciendo:
"El pueblo de Israel, los sacerdotes y los levitas no se han separado de las
gentes del país, hundidas en sus abominaciones -cananeos, hititas, perizitas,
jebuseos, ammonitas, moabitas, egipcios y amorreos-, sino que han tomado para
ellos y para sus hijos mujeres de entre las hijas de ellos: la raza santa se ha
mezclado con las gentes del país; los jefes y los consejeros han sido los
primeros en esta rebeldía".
Al oír esto rasgué mis vestiduras y mi manto, me arranqué los pelos de la cabeza
y de la barba, y me senté desolado.
Todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel se reunieron en torno a
mí, a causa de esta rebeldía de los deportados. Yo permanecí sentado, desolado,
hasta la oblación de la tarde. A la hora de la oblación de la tarde salí de mi
postración y, con las vestiduras y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí
las manos hacia Yahveh mi Dios, y dije:
"Dios mío, harta vergüenza y confusión tengo para levantar mi rostro hacia ti,
Dios mío. Porque nuestros crímenes se han multiplicado hasta sobrepasar nuestra
cabeza, y nuestro delito ha crecido hasta el cielo. Desde los días de nuestros
padres hasta el día de hoy nos hemos hecho muy culpables: por nuestros crímenes
fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, en manos de
los reyes de los países, a la espada, al cautiverio, al saqueo y al oprobio,
como todavía hoy sucede...
"Trasladóse de allí Abraham al país
del Négueb, y se estableció entre Cadés y Sur. Habiéndose avecindado en Guerar,
decía Abraham de su mujer Sara: "Es mi hermana". Entonces el rey de Guerar,
Abimélek, envió por Sara y la tomó. Pero vino Dios a Abimélek en un sueño
nocturno y le dijo: "Date muerto por esa mujer que has tomado, y que está
casada".
Abimélek, que no se había acercado a ella, dijo: "Señor, ¿es que asesinas a la
gente aunque sea honrada? ¿No me dijo él a mí: "Es mi hermana", y ella misma
dijo: "Es mi hermano?" Con corazón íntegro y con manos limpias he procedido". Y
le dijo Dios en el sueño: "Ya sé yo también que con corazón íntegro has
procedido, como que yo mismo te he estorbado de faltar contra mí. Por eso no te
he dejado tocarla. Pero ahora devuelve la mujer a ese hombre, porque es un
profeta; él rogará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, sábete que
morirás sin remedio, tú y todos los tuyos".
Levantóse Abimélek de mañana, llamó a todos sus siervos y les refirió todas
estas cosas; los hombres se asustaron mucho. Luego llamó Abimélek a Abraham, y
le dijo: "¿Qué has hecho con nosotros, o en qué te he faltado, para que trajeras
sobre mí y mi reino una falta tan grande? Lo que no se hace has hecho conmigo".
Y dijo Abimélek a Abraham: "¿Qué te ha movido a hacer esto?". Dijo Abraham: "Es
que me dije: "Seguramente no hay temor de Dios en este lugar, y van a asesinarme
por mi mujer". Pero es que, además, es cierto que es hermana mía, hija de mi
padre aunque no de mi madre, y vino a ser mi mujer. Y desde que Dios me hizo
vagar lejos de mi familia, le dije a ella: Vas a hacerme este favor: a
dondequiera que lleguemos, dices de mí: Es mi hermano". Tomó Abimélek ovejas y
vacas, siervos y esclavas, se los dio a Abraham, y le devolvió su mujer Sara.
Y dijo Abimélek: "Ahí tienes mi país por delante: quédate donde se te antoje". A
Sara le dijo: "Mira, he dado a tu hermano mil monedas de plata, que serán para
ti y para los que están contigo como venda en los ojos, y de todo esto serás
justificada"...
"Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim. Moisés dijo a Josué : "Elígete algunos hombres, y sal mañana a combatir contra Amalec. Yo me pondré en la cima del monte, con el cayado de Dios en mi mano". Josué cumplió las órdenes de Moisés, y salió a combatir contra Amalec. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte. Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec. Se le cansaron las manos a Moisés, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; él se sentó sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían las manos, uno a un lado y otro al otro. Y así resistieron sus manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Yahveh dijo Moisés: "Escribe esto en un libro para que sirva de recuerdo, y haz saber a Josué que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo de los cielos". Después edificó Moisés un altar, al que puso por nombre Yahveh Nissí diciendo: "La bandera de Yahveh en la mano; Yahveh está en guerra con Amalec de generación en generación"." (Éxodo 17:8-16)
Analicemos un poco la situación. Éste es el primer pueblo que se ve amenazado por los israelitas, y, antes de que ellos realicen alguna acción bélica, los atacan.
¿Por qué los atacan?
Seguramente los amalecitas tendrían alguna razón para temer a Yahveh, por algo fueron al encuentro de los israelitas para enfrentarlos.
Aquí advertimos dos cosas, por un lado ya vemos a "los otros", los otros pueblos, que observan y toman recaudos: "Los israelitas vienen con Yahveh ¡¿qué vamos a hacer?!".
Por otro, contemplamos a Dios que deja bien en claro que es Él quien vence a los amalecitas y no el pueblo de Israel. No quiere que los israelitas crean que son ellos los poderosos, sabe que este pueblo, su pueblo elegido, tiene una memoria corta, y que enseguida se olvida de las proezas que realiza su Dios. Está seguro de que si no mantiene fresca en su mente, la mente de los israelitas, la sensación de que sin Yahveh no son nadie, ellos van a creer que todas las hazañas que realizó Dios, las hicieron ellos.
Y viene la primera plaga de Egipto.
Dios envía a Moisés para que salga al encuentro del faraón cuando éste va al río
a la mañana y le diga que, debido a que no los deja salir de Egipto, él, Moisés,
va a transformar el agua del río en sangre por obra de su dios Yahveh.
Lo dijo y lo hizo. Aarón extendió sus manos y su cayado sobre todas las aguas de
Egipto, sobre el río, sobre las lagunas, y sobre todos sus depósitos de agua, y
ésta se convirtió en sangre, los peces murieron y el río apestó. Pero los sabios
de Egipto hicieron lo mismo, con lo cual el efecto no fue tan grande.
Otra vez los sabios de Egipto son capaces de emular la acción de Dios.
Obviamente Yahveh sabe que los sabios son capaces de realizar estas proezas y
eso hace que se confíen y hablen. Y que el pueblo egipcio hable, y que los
pueblos de alrededor hablen.
Esto se había convertido en una lucha de resistencia entre israelitas y
egipcios.
Me imagino que todos observarían estos acontecimientos, esperando ver en qué
momento los egipcios arrasarían a los israelitas. Y, por otra parte, seguramente
dirían entre ellos: "esta gente está loca, ¿cómo se van a enfrentar con los
egipcios?, es un suicidio".
Pero no, no estaban locos, ni era un suicidio.
Uno de los caminos que utilizó el enemigo para engañar a la humanidad fue el de hacer creer que cada fuerza de la naturaleza era un dios distinto. Entonces esa humanidad joven, muy joven espiritualmente, creía que existía toda una legión de dioses. Dioses muy humanos, con falencias humanas, llenos de todo aquello terrenal, pasiones y deseos, intrigas y venganzas. La humanidad volcó en los dioses sus pasiones, deseos, angustias, debilidades. Los dioses eran un reflejo de la humanidad en vez de ser la humanidad un reflejo de Dios. Por supuesto que todas estas ideas habían sido introducidas por el engañador con el ánimo de que entre tantas opciones no se pudiera ver o encontrar al verdadero Dios, que entre tantas voces falsas no se pudiese identificar la verdadera voz de Dios en el corazón...
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